jueves, 20 de enero de 2011

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Sin calor, sin pasión, el corazón.
Sin inspiración los sesos deshechos;
Deslustrados los ojos ciegos.
Manos atadas con tendones muertos,
huesos astillados y torcidos;
dientes rotos, labios cosidos.
Días sin luz, existencia sin empeño,
pensamientos sin rumbo y actos sin razón.
Esta es la vida del que no alberga sueños

miércoles, 19 de enero de 2011

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En esto ha quedado todo, en un amargo recuerdo,
en esto ha quedado, en un desesperado rezo sin fe.
Con la esperanza simplemente mutilada,
perdida en un vació en el que cayeron tantas cosas....
Preferiría no saber qué sentimientos tomaron su lugar.

El tiempo cerró heridas, pero abrió simas,
abocó a abismos mis sueños,
y desde allí se alzó, retorcido, el recuerdo.

Y a veces pienso, sueño, anhelo todo aquello,
aquella época de estúpido consuelo, en que no era yo,
en que una aún más estúpida y joven mente
ocupaba este cuerpo inerte,
aquel tiempo en que brillaba algo de presunta dignidad,

lunes, 17 de enero de 2011

Far hearts

Corazones lejanos, alejados, buscando las palabras.
Buscando el fin de la furia, de la amargura, de la soledad.
Carentes de esperanza, llenos de añoranza. Ansiosos.
Hundidos en el abismo, odiados por nosotros mismos.
Ahogados en el extraño sopor, anclados en el pasado,
llenos de podrido amor, astillado y reventado,
como nuestras culpas, nuestros temores, nuestros sueños rotos,
todo nuestro alboroto, nuestros demonios,
las viejas canciones que aún levantan ampollas,
abren heridas, queman viejas biblias....

Como estrellas contempladas por ciegos,
por aquellos incapaces de soñar,
como llamas avivadas por la yesca del pecar,
monstruos varados a la orilla del dorado mar,
del asqueroso y odiado pero atesorado pecado,
vicio, desgracia, enfermedad del amar.

Como mil millones de sueños rotos
sepultando nuestros momificados cadáveres.
Como la vergüenza de nuestros padres,
el horror de nuestros mentores,
el fracaso de nuestros creadores.

Como el deseo de morir, y el cesar de todos los deseos,
como los congelados y temblorosos dedos,
escribiendo y quemándose junto a la llama.
Como la imposible calma, por la locura envenenada,
como el alma, perdida, y maldita, maldita, maldita;
vendida, perdida, jamás ostentada,
jamás creída, jamás pensada y jamás deseada
alma de animal, sin sitio en el corazón del soñador.

Otro calor, además del de nuestro interior infierno,
otro aliento, aparte del de la acechante muerte.
Otra suerte, aparte de la podrida por mil maldiciones.
Otros temores, que sean al menos más jóvenes que el tiempo.
Otro momento, algún momento y algún respiro que nos dejen vivir.
Y otro sentir, otro sentir que no esté desgastado,
no sea monótono y cansado, que no odie el torturado.

Tan lejos parece mi corazón de mi pecho que ni lo siento,
tan lejos debe estar todo lo amado
para que me resulte tan difícil alcanzarlo..........

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Como la soledad enfocada,
que sólo se cura con su presencia.
Como el calor, la belleza, aislados.
Un abatimiento que deja helado,
pensamientos desconsolados....

Como el tiempo que tritura
cuanto más larga se hace la espera,
interminable la carrera hacia lo anhelado.

Como el terco, cándido, desgraciado letargo.
Los días ansiados, los rezos desesperados.
Como el sol del invierno, que no calienta ni consuela.
Como la noche eterna que nos imbuye de pena.

Desgracias sembradas por la estupidez,
antiguos pecados  culpas, achaques de la vejez.
El murmullo de un manantial que mana ponzoña,
el sufrimiento del subconsciente que los horrores atesora.